domingo, 28 de noviembre de 2010

"Nunca me dejes... no, mejor nunca me olvides"


Y pensar que apenas hace unas semanas atrás tenía un mundo lleno de miserias y dolor, y pensar que hace apenas hace unos días no encontraba mi camino; Hoy todo es distinto, decidí coger el timón de mi vida y quitar el automático, me canse de esperar que las cosas buenas lleguen a mí, me canse de ver en el espejo un rostro triste y sin expresión, hoy encontré un rumbo y mejor aun, un rumbo que quiero compartir… Cada mañana la tibieza de un beso sincero, el abrazo eterno y la caricia suave; sin querer hoy soy dueño de nada y sin embargo soy un el hombre más rico del mundo porque encontré ese elixir que todos buscan, le encontré el truco a esta vida que pretendía absorberme… y bueno, todo empezó con una historia, aquí esta:
Una vez un hombre muy afortunado había conseguido la mejor entrevista de su vida: Iba a entrevistar ni más ni menos que a Dios.
Esa tarde el hombre llegó a su casa dos horas antes, se arregló con sus mejores ropas, lavó su automóvil e inmediatamente salió de su hogar. Manejó por la avenida principal rumbo a su cita, pero en el trayecto cayó un chubasco que
produjo un embotellamiento de transito y quedó parado. El tiempo transcurría, eran las 7:30 y la cita era a las 8:00 p.m.
Repentinamente le tocaron el cristal de la ventanilla y al voltear vio a un chiquillo de unos nueve años ofreciéndole su cajita llena de chicles (goma de mascar). El hombre sacó algún dinero de su bolsillo y cuando lo iba a entregar
al niño ya no lo encontró. Miró hacia el suelo y ahí estaba, en medio de un ataque de epilepsia.
El hombre abrió la portezuela e introdujo al niño como pudo al automóvil.
Inmediatamente buscó como salir del embotellamiento y lo logró, dirigiéndose al
hospital de la Cruz Roja más cercano. Ahí entregó al niño, y después de pedir que lo atendiesen de la mejor forma posible, se disculpó con el doctor y salió corriendo para tratar de llegar a su cita con Dios.
Sin embargo, el hombre llegó 10 minutos tarde y Dios ya no estaba. El hombre se ofendió y le reclamó al cielo: "Dios mío, pero tú te diste cuenta, no llegué a tiempo por el niño, no me pudiste esperar. ¿Qué significan 10 minutos para un ser eterno como tú?"
Desconsolado se quedó sentado en su automóvil; de pronto lo deslumbró una luz y vio en ella la carita del niño a quien auxilió. Vestía el mismo suetercito deshilachado, pero ahora tenía el rostro iluminado de bondad.
El hombre, entonces, escuchó en su interior una voz:
Hijo mío, no te pude esperar... y salí a tu encuentro.

Gracias por salir a mi encuentro, enviarme la respuesta y dejar que se quede conmigo

viernes, 26 de noviembre de 2010

El amor para mi...


Todos los dias me despertaba haciendome la mismas preguntas: ¿que es el amor? ¿alguna vez lo experimentare? ¿podre vivir enamorado el resto de mi vida? todo se resume hoy a unas simples lineas pero que a la vez expresan mas de lo que yo mismo podria decir.
Hoy me encuentro ante la inevitable realidad del amor, esa paradoja a la que me enfrento ahora que decidí perderme en las dulces y embriagantes enredaderas de la pasión, y al hacerlo he caído en un abismo tan profundo que no vislumbro aún siquiera el fondo... Este abismo que en mi ir cayendo me ha enseñado a soportar todo aquello necesario para finalmente sentir en mi alma la dulce miel del amor, de la pasión, de la ternura, de la entrega...
Este abismo desbordante de oscuridad, desconsuelo, dolor, sufrimiento, necesarios todo el tiempo que he aprendido a amarte así, tal y como eres, aceptando los límites inherentes a este amor, pasión, ternura, afecto, amistad, apego, todo esto que se simplifica en el sólo vivir día a día tu hermoso amor en mi alma que me hace seguir adelante y luchar contra esta misma vida sin ti al mismo tiempo que sigo cayendo, porque he aceptado que el caer en este precipicio, al amar a alguien, al amarte a ti,
nuestras experiencias mutuas no pueden ser como yo quiero, como lo deseo, como muchas veces me he aferrado a querer que sean, las vivencias son simplemente como son, sin más, sin menos, el aceptar esta verdad en mi vida es lo que ha prolongado mi caer y caer en este precipicio del amor por un tiempo dolorosamente dulce, amargamente tierno, susceptible en todo momento a tu hermoso calor cerca de mí, a tu dulce mirarme, a tu tocarme tan delicadamente haciendo tan deliciosamente eterna esta caída…
Y ahora, cuando mis temores ya no existen por haber soportado tanto tiempo esta incertidumbre, desesperanza, temor, ansiedad, dolor, angustia, frustración... Me pregunto ¿por qué siempre queremos hacer inseparable el amor de lo eterno, y separar el amar con el "para siempre", el amar con el "sin fin"?
Sin darnos cuenta que en la búsqueda afanosa de esa utopia se nos puede ir la vida sin vivir, sin sentir la pasión correr en las venas, en el cuerpo, en el ser y en el alma, sin sentir tan intensamente el amor, el verdadero amor, ese amor que no exige, ese amor que no pide, ese amor maravilloso tan poderoso que solo se entrega, sin condición de tiempo, espacio, pretextos miles para no entregar a la otra persona en su expresión más plena, dulce, tierna, desapegada, libre...
A veces, mi dulce ángel, dueño de este amor que describo, me pregunto: ¿Por qué exigir a una persona que te ame eternamente?, sí para exigirlo tú debes ofrecer lo mismo... Y ¿cómo saber si realmente tú amarás para siempre, por toda la eternidad?, ¿cómo averiguarlo?, ¿cómo conocer de esa forma tus propias decisiones que en el futuro que te lleven a cumplir una promesa de amor eterno?...
Únicamente viviendo la eternidad con la persona a la que amas, viviendo eternamente enamorada de ti, amándote con esta pasión que de dolorosa se ha convertido en un dulce veneno ya necesario para mí, para sentir mi vida plenamente eterna al amarte como lo hago... Y aunque a veces me pregunto: ¿Tú podrías amarme toda la eternidad?, no lo sé y no lo sabes, y yo te amaré toda la eternidad, no lo sé y no lo sabes, esa es precisamente la encrucijada del amor...
¿Cómo entregarlo completo si no se tiene la plena seguridad de no sufrir? ¿Cómo entregarlo total si no se tiene la plena seguridad de no lastimar sin desearlo, a quien se ama? ¿Cómo entregarlo de manera plena si dudamos?... Pues he de decirte mi hermoso ángel, tú sin quererlo y yo sin desearlo, tu amor, mi amor por ti, me ha dado una lección importante...
Cuando realmente amas, todas tus dudas, miedos, temores, ansiedades, angustias, lentamente se van desvaneciendo, en el caer y caer al abismo de este amor que es tan tuyo como mi propia vida, he descubierto que el amor solo implica dar, entregar, otorgar y no exigir, ni pedir, ni egoístamente querer poseer... Y tal vez, en ese incondicional dar, Eros, el Dios del amor conceda alas a nuestras almas, permitiendo así elevar nuestros espíritus al encantador encuentro de nuestros cuerpos para así lograr amarse hasta la eternidad, y lograr hacer realidad un sueño de verdadero amor eterno...