jueves, 29 de diciembre de 2011

LEJANA

Te me has vuelto un sueño imposible,
Te has convertido en una ruta indescifrable.
Tienes el silencio como mejor palabra
Y por más que busco no logro hacer que me veas.

Eres lejana como la luna
Hoy eres un amor imposible
Eres el fuego que no arde
Unas lágrimas que no brotan.

Te quiero ver feliz aunque sea con alguien más,
Aunque espero atento que gires a verme.
Me estiro y no llego, te alejas;
No te toco, te desvaneces.

He visto las estrellas para ubicarte
Ellas me han dicho que estas más lejos.
Te he buscado en las noches,
Ellas me han dicho que ya no sueñas conmigo.

Me parte sentirte resignada a escucharme
Quisiera no ser tan testarudo;
Las veces que te sentí cerca,
No descifre el mensaje y no entendí la indirecta.

Si tú supieras quien soy ahora;
Si entendieras que yo moriría por ti;
Si entendieras que yo ya me muero por ti.
Ó si al menos yo podría entenderte.

Ganas de decirte que soy yo el adecuado,
Ganas de tu decirme que ya no te hago feliz;
Eres la estrella que ya no me guía,
El viento que ya no me acoge.

Eres un amor imposible,
Un sueño no capaz de hacer feliz;
No aparecerás de la nada otra vez,
Desparecerás poco a poco, más y más.

No estás cerca, no volverás  estarlo;
Poco a poco tu camino se abrirá más;
Pero si aun así supieras que yo puedo hacer más
Te me has hecho un imposible.

Ya perdí aunque sigo queriendo ganar,
La dulzura no volverá para alentarme;
Estaré siempre esperando en la acera del frente
Cuidándote o esperándote.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿Te has visto…?

Yo nunca había visto alguien tan bella como tú, tienes la belleza pura que me gusta y la sonrisa espontanea que me enloquece; brillas más que el sol durante las mañanas y por las noches  tus ojos se posan junto a la luna para ayudarla a verse perfecta; no entiendo cómo es que alguna vez tuve la suerte de abrazarte y no sé si volveré a tener la oportunidad de hacerlo pero te recuerdo porque yo si te he visto y nadie es más bella que tu, llevas belleza inyectada en cada centímetro de tu cuerpo; yo que he tenido la suerte de verte desde hace años te pregunto…
¿Te has visto cuando tenías cinco años?
Yo solo pude verte por fotos pero eras tan bella como ahora, siempre sonriendo y jugando; cuando tenias cinco años llevabas el cabello justo como ahora lo debes tener, todo alborotado y un poco sobre el rostro, estoy seguro que eras la niña más bonita.
¿Te has visto cuando tenías catorce años?
Yo si tuve la suerte y me enamoraste; te veía de lejos y me encantaba verte conversar con tus amigas, me gustaba buscar pretextos para hablarte o al menos para estar cerca de ti, siempre estabas riendo y de algún modo eso me hacia feliz; tu sonrisa siempre marco mi vida.
¿Te has visto cuando tenías dieciocho años?
En aquel tiempo no solo tuve la suerte de verte sino también de poder acercarme a ti, de cerca eres más bella aun de lo que ya eres cuando se te ve de lejos, tu sonrisa siempre en tus labios y tus ojos que me perdían por completo, podía pasar horas viéndote y jamás me aburría; a esa edad algo había cambiado en tu rostro pero no importaba, aunque faltara algo para mi seguías siendo igual de bella y por supuesto perfecta.
¿Te has visto despertar?
Estoy seguro de que no pero quiero decirte que cuando despiertas solo abres un ojo y miras alrededor para ver que hay, solo después que inspeccionas todo abres el otro; te encanta levantarte lento como si nada te apurara y solo cuando estás muy tarde, pegas un brinco y te desesperas dando instrucciones; aun así eres la mujer más bella del mundo, tu cabello siempre alborotado y en la cara pero perfecta para admirarte.
¿Te has visto en vestido?
Aunque antes mis celos hacían pierda papeles, con vestido me terminaste de enamorar; pareces un angelito que cayó del cielo cuando lo usas, siempre estas sonriendo y jugando con tu cabello, es la única vez que no te encuentro con el cabello en la cara, pero conforme van pasando las horas, el cabello regresa a su lugar y me sigues recordando a la chica que vi por primera vez en el colegio.
¿Te has visto sonreír?
Es lo que más sueles haces durante el día, siempre andas sonriendo y se te ve muy bien; tu sonrisa me enamora cada vez mas y mas, la tengo grabada en la mente y es por eso aunque estés muy lejos que yo no puedo olvidarte, se perfectamente cómo hacerte reír y como hacerte enojar, eres un sueño hecho realidad.
¿Te has visto comer?
No he tenido el placer de disfrutarte como vegana pero antes de que cambiaras de hábitos comimos infinidad de veces, hasta has comido lo que yo te he preparado; cuando comes también sonríes y tus ojos brillan mas, me encanta verte comer, me encanta verte sonreír, en general me encanta verte.
A lo largo de mucho años he tenido el placer de verte en muchas ocasiones, me encanta hacerlo y aunque hoy no tengo la posibilidad de hacerlo, igual llevo todos tus recuerdos en la mente; eres definitivamente rara y tienes un carácter bastante especial pero así me gustas, con tus pros y tus contras me encantas; tienes las  dosis justas en ti, simplemente me haces acelerar el corazón; ¿tú te has visto?

lunes, 26 de diciembre de 2011

Carta de amor

Eres brisa fresca de un día caluroso, eres la ráfaga de luz en la oscuridad de la noche, eres aquello que regresa pero jamás para quedarse; ¿No me ves parado frente a ti? ¿No me ves ahogarme en la ansiedad? ¿No me sientes tan cerca que si quisieras podrías tocarme?; me lleno de preguntas pero es en vano porque jamás tendré respuestas; Hace unos días me desperté pensando en darte mi adiós, alejarme de tu vida para siempre y darte la oportunidad de que seas feliz aunque sea lejos mío y deba resignarme con verte andar los pasos que planeamos con alguien más, alguien que pueda darte lo que yo no puedo ya que la distancia que nos separa es enorme, el amor verdadero es ese, el que no tiene ataduras, ni egoísmos, el que se disfruta en libertad e independencia, el que a pesar de ser un gran amor, es renuncia y a la vez es entrega y así es mi amor por ti; un amor que sobre pasa lo momentos difíciles y jamás te abandona; en cambio hoy ya no se qué pensar, me inyectas más ganas de luchar por ti y quiero hacerlo, me encantaría poder decir “ya no más” pero el amor que siento por ti es este amor que me quema por dentro pero que a la vez me llena de esperanza, de deseos por la vida, que me ayuda a no equivocarme en la espera y que me levanta cuando estoy a punto de derrumbarme. Por eso pienso que para el amor verdadero no hay barreras, ni el tiempo ni la distancia son suficientes para terminar con este amor maravilloso que nace del alma y termina moviéndose en cada parte de mi ser; nace de lo más profundo del corazón, un amor que en vez de deteriorarse va en aumento cada día, es el tonto amor que siento yo por ti; ¿es que acaso no lo ves? ¿Es que acaso no soy suficiente para ti? ¿Cuántas vidas más debo esperar para poder verte sentada nuevamente junto a mí?... Es en vano que trates de alejarme, podrás sacarme de tu vida pero tú te quedaste impregnada en mí, te llevo más marcada que mis propios tatuajes y es porque tu te hiciste desde adentro y no con tinta sino con ilusión, con sueños que dejaron de ser míos o tuyos y yo los hice “nuestros”; ayer me dijiste “te va bien” y en realidad lo único que quería decirte es que estaba equivocada porque la frase correcta es “nos va bien”, hace mucho tiempo que los logros del uno eran los logros del otro y aunque parece que tú has olvidado todo eso, yo sigo pensando que somos uno a pesar de todo.
Ya no soy un celoso empedernido ni tampoco un esquizofrénico que ve cosas donde no hay pero necesito mas de ti, en este tiempo separados no he podido disfrutarte ni un poquito y la verdad es que te extraño, sin las ganas que me inyectabas yo ahora solo soy una persona que está a punto de secarse por dentro, estas lejos pero porque tu quieres, tú haces que mil cuatrocientos kilómetros sean una vida entre nosotros cuando para mi podría pasar caminando ese trayecto sin ningún problema; entiende algo, te amo; ¿Por qué? No lo sé, no tengo motivos para amarte sin embargo lo hago, te amo porque eres tú, no hay razones y no las necesito; cuando tú estás conmigo todo es mucho mejor, podría vivir sin ti pero no quiero, ojala algún día me entiendas, ¿quieres mi amistad? Entonces la tienes, ¿quieres mi ayuda? Entonces la tienes ¿quieres mi apoyo? Entonces lo tienes pero te prometo que algún día te voy a recuperar, no me importa cuando tiempo pase ni por cuantos lugares deba buscarte, algún día volveremos a ser uno.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Mi hermana

A los ocho años llego a casa una personita que yo a esa edad no le di el valor que debía, es mas creo que me he demorado mucho en valorar lo especial e importante que es en mi vida. Siendo sincero, renegué algún tiempo porque no fue hombre como quise al inicio; en mi pequeña cabeza solo quería un compañero de juego y no vi que a cambio tenía una compañera de la vida, alguien que nunca ha dejado de creer en mí por ningún motivo y en ningún momento; hoy puedo decir que tengo la suerte de tener una hermana y por eso le doy gracias a Dios.
Con mi hermana no conversamos mucho porque la conversación no es nuestro fuerte sin embargo hemos vivido muchas cosas juntos y por eso ambos sabemos que contamos el uno con el otro para apoyarnos y sobre todo para querernos; se podrán acabar muchas cosas pero el lazo que nos une jamás.
Hemos compartido cosas tan triviales como un helado hasta las cosas más serias como un dolor del alma; es raro pero nunca necesitamos contarnos nada, sin necesidad de ser llamados, nosotros ya estábamos ahí para el otro y hasta hoy aun con la distancia física, nunca me ha abandonado; se que ella está conmigo cuando doy un examen, cuando consigo algo importante o incluso cuando lloro.
El cariño que siento por ella no tiene límites y tampoco condiciones, nunca habrá algo ni alguien que me haga pensar que ella es mala o débil, la vida nos ha llevado por caminos a veces difíciles y ella siempre ha sabido salir victoriosa en todos, tiene fuerza en el alma; en cambio yo debo decir  que soy muy débil y es muchas veces el ejemplo de su fuerza el que me hace avanzar, gracias por enseñarme tanto a pesar de ser menor que yo.
Los recuerdos de la niñez son bastante graciosos; jugamos a ser detectives, superhéroes o cocineros; no importaba el juego, yo proponía y ella me seguía, así es como el patio de nuestra casa se convirtió en la CIA o en una gran cocina y no puedo dejar de recordar las veces que hacíamos los ataques de los dibujos animados chinos (dragon ball); todos esos recuerdos mis padres los tienen en fotos pero yo los llevo tatuados en el corazón.
La primera de mi familia en enterarse de mi tatuaje fue ella y le agradezco por haberme guardado tan bien el secreto que solo duro dos días (jajaja); ya no puedo decirle que tiene prohibido hacerse uno así que solo le digo que si se hace uno, yo mismo se lo borro.
Por último lo más importante; mi gran hermana… “nunca te olvides que cuentas conmigo para lo que quieres, puedes contarme lo que sea y cuando sea, yo estaré ahí para ti; aunque soy más grande que tu, también tuve edad y sé que es un poco difícil así que solo te doy el consejo que mejor se dar: sonríe y nunca te olvides de ayudar a las personas que te necesitan, el resto viene solo; por cierto, discúlpame porque jamás he sido un gran hermano, tengo un modo raro de ser pero a pesar de mi, quiero que sepas que te quiero y nunca olvidare que eres la que me escucha aunque finge que no le importo pero sobre todo eres la que nunca se va, porque durante toda mi vida muchas persona se han rendido conmigo, se han dado por vencidos, incluso las personas que no creía que lo harían lo han hecho pero en cambio tu nunca me has dado la espalda, siempre has estado ahí y me has dado tu apoyo, más que eso, me has empujado y me has elevado. Gracias por existir y por nunca dejarme caer.”




domingo, 18 de diciembre de 2011

La cita

Estaba Alejandro sentado al lado de una chica que no conocía, vio su reloj y eran las cuatro de la tarde, va retrasado porque su cita era a las tres y necesitara quince minutos más para llegar a su destino; el autobús esta medio lleno y a él empieza a incomodarle las miradas que de rato en rato le lanza la chica de su costado de modo que gira el rostro hacia la ventana para no ofuscarse más; la cita es importante, la ha planeado con dos semanas de anticipación y no tiene como avisar que se demorara aun un rato mas en llegar porque su celular lo olvido en su habitación por el apuro de vestirse lo más rápidamente posible; el esta vestido con unos jeans color plomo y una polera verde, ese fue el trato de cómo debía vestirse él para ser reconocido por su cita, no es que no la haya visto antes o que se conocieran por medio de internet; es una chica, es una amiga de la secundaria que no ha visto hace quince años y ha llegado a la ciudad solo por unos días; el luce sereno porque así lo práctico todos los días desde que se pacto la cita aunque en realidad por dentro estaba sumamente nervioso; lo que su amiga nunca supo es que le guardaba un amor desde la primera vez que la vio, nunca tuvo oportunidad de decírselo, trato de insinuarlo cuando acabaron el colegio pero ya fue muy tarde; Alejandro sabe perfectamente que siempre fue un cobarde para esas cosas y tal vez aun hoy siga siéndolo porque aun sonríe tímidamente y tiembla cuando ve la foto que guarda de ella en su computador. Los minutos siguen pasando y el autobús ahora está atascado en una tira de autos de nunca acabar; para colmo de males ahora la chica del costado no le saca los ojos de encima y parece dispuesta a iniciar una conversación, el espera que no sea así para no parecer descortés pero al final sucede, ella le habla.
-¿cómo te llamas?- Pregunta la chica con un tonto de voz entre avergonzada y confundida.
-Alejandro, disculpa pero ahora no deseo hablar- Respondió el y haciendo el gesto al mismo tiempo para girar y no darle opción a responder.
El definitivamente estaba en otra cosa, su urgencia inmediata era llegar a la plaza Cielo para luego caminar dos cuadras hacia la derecha y llegar al café “montañez”, no podía espera al momento de volver a verla, la recordaba gracias a la foto que guardaba pero el sabia que definitivamente habría cambiado, en su mente ella permanecía en una urna, sus cabellos largos que llegaban casi a media espalda y de color marrón, sus ojos tiernos y sobre todo sus mejillas suaves; durante toda la secundaria el estuvo seguro de que ella tenía la piel más suave de todas, nunca pudo tocarla pero con algunos roces esporádicos le basto para dar por sentada la suavidad; su aroma era a madera de pino o tal vez a canela suave o incluso una mezcla de ambas, no lo recordaba bien pero si sabía que la reconocería aun con los ojos cerrados cuando la tuviera cerca. Pasado un rato se dio cuenta de lo descortés que había sido con la chica que se sentaba a su lado y quiso disculparse pero cuando giro la cabeza ella también miraba hacia otra parte, pidió una disculpa mental y pensó para sí mismo que definitivamente era lo mejor; ya solo faltaban dos cuadras para llegar así que decidido terminar el recorrido a pie, el trafico haría que esas dos cuadras tomaran el tiempo de ocho; se paro y sin girar para no ver la probable cara de disgusto de la chica, se bajo rápidamente.
Camino acelerando el paso lo mas que pudo y veía el reloj cada cierto tiempo solo para cerciorarse de que el tiempo no se había detenido por una gracia divina, llego a la plaza cielo y vio un vendedor de flores, compro rosas, el vendedor solo tenía seis así que se llevo esas, en el camino que restaba pensaría alguna excusa por el numero, debía tener una razón para que sean seis y no ocho o doce; cuando estuvo a unos pocos pasos del café las piernas la flaquearon, se vio a sí mismo como un adolecente otra vez, el nervio que se siente hasta el alma; las mariposas en el estomago, aunque él nunca creyó en eso; el sudor que parecía mojarlo de pies a cabeza; desacelero el paso, respiro tres veces y se dio ánimos internamente; al entrar al café no vio a nadie que tuviera la descripción en la vestimenta que el tenia que buscar, ella tenía que vestir un vestido blanco y llevaría una cola en el cabello; lo primero que se le vino a la cabeza es que se había ido porque ya era más de una hora tarde, se reprocho muchas veces, se arrepintió de haberse tomado esa pastilla para la gripe que había terminado por dormirlo y que lo hizo despertar después de las tres de la tarde, sintió un apretujón en el pecho de esos que solo se sienten cuando algo se te va y no regresara; esa sensación la conocía de años atrás, la misma chica que hoy él había hecho esperar, le había dicho quince años atrás que no la buscara mas; recién había terminado el colegio y el insistía con buscarla todos los días para conversar, fue la primera vez en su vida que se animo a llamar a una chica, a buscarla hasta el cansancio, a escribirle notas bobas; ese apretujón que sentía era el mismo apretujón que tuvo cuando dijo adiós y la vio por última vez a través de una ventana de un auto quedándole solamente una foto sacada de una red social; la misma historia se repetía, se sentó en una de las mesas libres y pidió un café, no quería regresar a casa aun.
Veía la calle a través de una de la ventanas del café mientras esperaba el café que pidió; seguía arrepintiéndose por haber llegado tarde y trataba de sonreír diciéndose que esto solo tenía un nombre: “destino”. La silla de su lado se movió y alguien tomo asiento, giro el cabeza algo contrariado y se vio de cara con la chica del bus, se sintió algo avergonzado pero después de un rato la curiosidad lo lleno: ¿Cómo sabia donde estaba? ¿Lo siguió hasta el café? ¿Se bajo con el sin que él se diera cuenta?; esta vez el empezó la conversación:
-¿Me has seguido?- En un tono bastante fuerte quiso hacerlo saber que no quería compañía.
-No, también venia de camino a este café- Dijo ella claramente ofendida.
-¿Cómo te llamas?-
-Micaela-
Alejandro se quedo sin palabras; era ella, su cita; quiso saludar, preguntar, abrazar pero la vergüenza le gano, la había tenido todo el rato junto a él y no reconoció su olor, se acordó de la gripe que tenia y así entendió como no pudo reconocerla pero eso no podía explicárselo, la había tratado mal, eso solo confirmaba una cosa, definitivamente seguía siendo un tarado.
Ella en cambio quiso dar una sonrisa pero salió como una carcajada, se dio cuenta de que no la había reconocido y no era que se había enojado porque llego tarde; ella trato de comunicarse con el toda la tarde pero no pudo porque no contestaba el celular; El almuerzo en casa de sus abuelitos se había demorado más de lo esperado y no podría llegar a las tres de la tarde como habían pactado, había salido apurada al igual que él por lo cual no tuvo tiempo de ponerse la ropa acordada y sin querer habia tomado su mismo bus pero cuando lo vio después de haberse sentado a su lado no lo reconoció, poco a poco ella vio rasgos similares pero no se animaba a decir algo, fue solo cuando bajo del bus a dos cuadras de la plaza cielo que se dio cuenta que era él, al inicio pensó que el la estaba ignorando por haber llegado tarde y que se bajo dos cuadras antes porque seguramente se había arrepentido de volver al café porque ya sabía que ella seguía siendo tardona; ella quería tomar el café de todos modos así que siguió su camino pero al entrar lo vio sentado, se animo y se acerco; así era como se había dado la cita, ella también pensó: “es el destino”.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Tú me dices…

De pronto un día todo cambio, de repente todo lo que soñé se esfumo y me quede solo con las pesadillas; así como si nada todo se me fue de las manos porque se fue lo más importante; así sin más ni más, mis días se han vuelto noches porque no encuentro el sol que me guie y las noches se me han vuelto días porque no logro dormir aunque si debo decir que vivo soñándote; ¿luchar? Lo hago y de verdad lucho para no perder lo más valioso en mi vida pero solo consigo hacerme insoportable y no logro que me digas nada que me satisfaga, tu solo me dices…
Ya me olvidaras… Cuando lo único que hago es recordarte porque llenas mi vida, no eres un icono en mi corazón que pueda eliminar y luego vaciar la papelera.
Eres bueno… Pero a pesar de ello no basto para ti, soy bueno pero te informó que por ti puedo ser mejor.
Te quiero… En realidad yo también pero de un modo que tu no a mi; te quiero hacer feliz, te quiero en mi vida, te quiero conmigo.
Sonríe… Es imposible si antes no me haces sonreír tú; podría sonreír de cualquier cosa pero tú me haces despertar el corazón.
Llegara alguien más… Definitivamente pero yo te quiero a ti; si fueras tan fácil de reemplazar entonces no joderia tanto.
No estábamos bien… La verdad es que yo estaba de maravilla, luchaba por mejorar y tenía sueños.
Ahora tal vez me entiendas, no eres reemplazable en mis sueños, definitivamente no eres una cosa que se saca y no sabes cuánto quisiera no ser reemplazado.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Te soñé

Apago la luz de la habitación, es muy tarde, mis ojos se caen de pesadez y apenas logro distinguir algunas imágenes que están tenuemente alumbradas por la luz que entra por la ventana de mi cuarto; doy unos pasos en dirección a mi cama y distingo una sombra que se mueve por las paredes, me hecho sin prestar atención y me pongo boca arriba para ver el techo; mis ojos no soportan mas, siento que en cualquier momento me quedare dormido… Me sobresalto un poco, la sombra que hace unos momentos estaba en la pared ahora se posa casi al frente mío, es de estatura media y con cabellos que le llegan un poco más arriba de la cintura; parece que bailara pero en realidad está caminando, su cuerpo se balancea y pareciera que es una bailarina de ballet que está a punto de hacer una bella pirueta, se mueve por toda la habitación de una lado para otro y encanta con el aroma a madera que desprende; no puedo ver su rostro pero sus facciones que se dibujan por la luz de calle, dejan entrever que es preciosa; estoy como temblando de emoción; su andar elegante, su figura bella y su presencia me han dejado petrificado; es raro pero no tengo miedo a pesar de que el acontecimiento es fuera de lo normal, mi corazón me lleva a confiar que todo esto está bien, todo tiene un explicación lógica a pesar de no estar a la vista en este momento, me limito a disfrutarla.
Su andar cada vez se hace más lento y pareciera que ahora no dejara de verme; la luz que llega desde afuera no llega a darle por completo, es difícil distinguir quién es pero siento que la conozco, más bien siento que la espero; la curiosidad me mata por saber que tan bella y no aguanto más, me paro de improviso y prendo la luz; ante mí se erguió la figura de una mujer joven, con cara dulce y de rasgos finos, aun no comprendo si es ángel o Dios pero definitivamente no es humana; sus ojos son tiernos y me han cautivado, sigo sin tener miedo pero ahora siento impulsos; mis brazos necesitan abrazarla, mi boca necesitar besarla, mis pies necesitan correr hacia ella y lo hago, no tengo reparos y corro hacia ella para confundirnos en una abrazo que pareciera esperado; ahora no quiero entender, no me importa si hay explicación lógica, solamente me dejo llevar por el momento.
Sigo oliendo su cabello mientras mis brazos no dejan de rodearla, su cabellos tienen el mismo olor a madera que percibí en su cuerpo, no atino a besarla en la boca pero aprovecho la menos oportunidad para que mis labios la toquen, su frente, sus mejillas o su mismo cabello me bastan. Mientras nuestros cuerpos se funden, nuestra alma tiene una conversación; nos decimos cosas sin abrir la boca, pareciera un don raro pero para nosotros es normal, no nos contrariamos y más bien los comprendemos, no tengo muchas cosas que decir pero adoro que ella se dirija a mí; la conversación sin palabras dura un rato mas y luego de eso nos separamos físicamente, toque mi mejilla y ella toco la suya, estábamos llorando.
No entiendo mis lagrimas pero saben a dolor, las pruebo y tienen dolor impresa en ellas; en ese momento lo entiendo todo, estoy enamorado de ella, la amo sin razón pero la amo, es una musa que no sabía que llegaría hoy pero si esperaba hace tiempo; de pronto se apaga la luz y ella se esfuma en medio de las cortinas, me quedo confundido pero ya recuerdo todo, la conozco y sé quién es; cierro los ojos y lloro amargamente para que regrese, me aferro a la almohada y desfogo mi ira… Mis ojos se abren poco a poco, me duele la cabeza y siento mojada mi cara; me repongo y me siento en la cama, al parecer me quede dormido; recuerdo el sueño perfectamente y me parece que fue realidad, siento la humedad de sus lagrimas  que se quedaron en mi pecho y su olor aun posado en el aire de la habitación; me paro, prendo la luz y me veo en el espejo, comprendo que es mi musa que la estoy soñando, la estoy llamando con el pensamiento o estoy enloqueciendo ante su ausencia, me sonrió y vuelvo a la cama para volver a soñar con ella.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Cierra los ojos, respira hondo y sonríe

A lo mejor solo no quiero entender, quizá las cosas son ya bastante obvias pero no quiero verlas, seguro que el mundo ya conspiro para dejar las cosas claras conmigo pero yo no lo escuche; me parece que me estoy quedando en la comodidad de lo que conozco y no me está gustando que las situaciones que vivo me lleven a arriesgar un poco mas; tengo algo de miedo porque mi vista esta nublada y no puedo ver mas allá de lo que está cerca; me parece más aun que estoy ideando cosas que no sucederán o que no volverán a pasar, estoy haciendo algo malo porque me estoy engañando y estoy prefiriendo vivir en la mentira de algo que no soy y alguien que jamás volverá, no tengo derecho a crearme ilusiones tontas, no tengo ganas de seguir ideando historias que siempre llevan como subtitulo la esperanza, no soy alguien que adore escribir y mucho menos narrar; creo que solo quería luchar y en medio de la búsqueda de un arma, encontré letras y palabras que algunas veces sirven pero esta vez no.
La única verdad es que escribo porque tengo miedo; me aterra no saber algunas cosas sobre el futuro; me siento y es cómodo dejarlo salir, el miedo abarca todo el espacio libre que queda en el aire y te presiona las manos sobre la hojas, se escribe casi por inercia, la mente nunca se cansa porque esta inyectada de pánico, no siente, no piensa, no calcula; lo único que hace es dejar escapar le presión que tiene el alma; aturde los oídos para que no escuches más que los susurros del terror que te dicta las frases que debes poner. Ojala fuera cierto que un escrito es capaz de hacer cambiar al mundo, yo hoy no lo siento así, yo soy solo un prisionero de las letras que no expresan lo que soy pero si el miedo que siento, ya no quiero seguir con esto, no más.
Cerrar los ojos, respirar hondo y sonreír, son las tres cosas que durante el día más hago, gracias a esos tres pasos he logrado que la paz llegue a mí, ya no soy tan efusivo ni brusco, maquillo mejor mis actitudes y sobre todo manejo mejor mis sentimientos; gracias a los tres benditos pasos he aprendido a sonreír sin límites, nunca dejarme llevar por el mal momento, aprender a escuchar, no hablar de mas, aprender a controlar lo difícil y a superar lo complicado, pero sobre todo aprendí a no dejarme vencer. Aunque debo ser sincero y decir que jamás use estos tres para decir adiós, alguna vez lo intente pero nunca funciono, decir adiós es algo más complicado que solo sonreír, el corazón siente un apretujón especial que luego llega a la garganta y se desparrama por los ojos, no se puede evitar; decir adiós es el suspenso del aire que se vuelve más denso y complica la respiración; decir adiós es tener la certeza de que te despides tal vez para siempre y eso da miedo.
Esta vez no tengo opción estoy haciendo las dos cosas que más miedo me dan, escribir y decir adiós; quisiera postergarlo un poco pero eso sería mentirme más y eso también causa dolor; en un escrito debo dejar de ser niño y tener miedo a todo para poder pasar a ser hombre y enfrentar las cosas más directamente; espero sinceramente que una vez publicado esto, el cerrar los ojos, respirar y sonreír me ayude porque lo voy a necesitar. Gracias.