jueves, 14 de noviembre de 2013

Volver a empezar.

Querida, ilusión.
Sé que tú y yo acabamos de conocernos, por tanto, debe ser algo raro que te pase una carta así, sin más. Descuida no es nada malo lo que quiero decirte. Soy, como ya sabes, un fanático tuyo y admirador, por supuesto. Mis ganas de escribirte son solo un modo de expresarte gratitud y contarte un poco lo que veo en ti, sin mi nerviosismo habitual y frases sin final.
Te he querido escribir porqué no he encontrado un mejor modo de agradecerte por lo mucho que me has venido enseñando sin querer y lo bien que me ha hecho conocerte; ¡qué digo conocerte! Es el hecho de hablarte, interpretarte y sobretodo, disfrutarte. Uno contigo, pasa los mejores momentos; aún sin que tú lo notes, yo disfruto mucho de ti y tu compañía.
Antes de continuar, quiero dejarte algo en claro. Por muy aventado que parezca, es la primera vez que me animo a hacer la tamaña locura de hablarle a alguien que no me conoce. Cuando veo los primeros mensajes que te mandaba, me doy cuenta de que tengo mucha suerte de poder ser hoy, leído por ti. A veces suelo ser un poco repetitivo y hasta obstinado con mi modo de ser, lo hago, pero sinceramente no es mi afán molestarte cuando formulo muchas veces la misma pregunta, “¿te aburro?”, por poner un ejemplo. Como tú hay muy pocas personas, puedo asegurarlo aunque, no tenga un círculo social muy numeroso. En definitiva, tengo demasiada suerte de poder compartir mis ideas contigo y más suerte aún, de que tú lo hagas conmigo. Solo trato de conservarte.
Ahora, una vez aclarado mi interés por ti, quisiera contarte algunas cosas. A decir verdad, las cosas que escribo, las comparto con muy pocas personas y tú serás una de ellas por miles de motivos; el más importante, porque me generas confianza aun cuando solo hemos hablado unas pocas veces.
Cuando te vi por primera vez, debo confesar que me atrapó tu belleza ¡Qué bella eres! pero como te dije, tienes un mundo detrás que puede cautivar a cualquiera; un mundo que brota por tu sonrisa y tus bellos ojos, pero perceptible solo para quienes contemplen tu perfecta armonía. ¿Sabes qué pensé aquella vez? Que tenía que hablarte, al menos cruzar un par de palabras contigo y en definitiva, estoy muy feliz de haber tomado el valor. He ganado demasiado contigo. Eres la sublimación de la perfección.
Mucho tiempo después de aquel curso que llevamos juntos, cuando ya casi ni me cruzaba contigo, para mala suerte mía; respondiste a uno de mis tantos mensajes que deje en Facebook. Cuando lo hiciste, empezaste a alegrarme la vida, mejorarme el ánimo y cambiar mi actitud; gracias por ello. Tienes el don de influir mucho en la vida de las personas, eso se nota cuando me hablas de lo mucho que quieres a tu hermana, por ejemplo; y puedo distinguir que la unión con ella es gracias a lo mucho que tú aportas a su vida (y seguramente, ella en la tuya también). Eres alguien que marca su entorno.
En el fondo, no sé exactamente a donde voy contigo, y por favor, te pido que no me veas como ese alguien que busca aprovecharse de ti o busca algo más contigo que sea deshonesto; eres una de esas casualidades que he forzado incipientemente y pretendo, sola y únicamente, que seas feliz. Lo sé, lo sé; es raro, ¿por qué tendría yo que buscar que tú seas feliz? para ser sincero, ni yo lo sé; cuando busco las imágenes que te mando, repito esa pregunta muchas veces; da igual, en mi vida muchas cosas no tienen sentido y no tiene caso ponerse a pensar la razón de ser de mi interés porqué estés bien. El punto es que me encanta verte sonreír y lo haré mientras lo permitas.
Me alegraría mucho saber que te sientes igual de feliz que yo, sin embargo, no es importante que me lo digas, tus sonrisas sobran para continuar con el insaciable intento de hablar, cada vez, un poquito más contigo. ¡Claro! Sin quitarte mucho tiempo, sé que tienes familia, amigos, iglesia, tiempo para ti; no pretendo invadirlos, te lo aseguro y perdóname si alguna vez lo he hecho. Todo esto que he escrito, solo para que sepas que, en mi tienes una persona en la cual confiar; que siempre estará dispuesto a ayudarte, escucharte o lo que fuera; y a acompañarte si así lo deseas. Gracias por el tiempo que me regalas.
Por último y para no ser tedioso a la vista, miles de gracias por devolverme las ganas de escribir. Hace mucho que no me sentaba a escribir algo que emana de mi interior; eso te lo debo a ti. Me has devuelto las ganas en muchos sentidos y me has generado motivos para otros. Siempre he creído que redactar una carta es el mejor modo de hacer llegar ideas a alguien que te interesa mucho; como te has dado cuenta, por el “whatsapp” soy pésimo.
Sin más, me despido. Gracias y espero que podamos seguir conversando por mucho tiempo más. Eso me hace sumamente feliz.
D.A.M.C.



lunes, 11 de marzo de 2013



Estoy trabajando en modo automático, siento que mis actos están siendo realizados solo por la mecanización y no estoy escuchando las consultas que me hacen; no tengo conciencia de mis actos ni palabras y me estoy limitando a tratar de entender algo que es incomprensible por lo repentino que ha sido esto para mi. El aire es insuficiente por momentos, tengo un nudo en la garganta que no me deja llorar tanto como quisiera y la terrible sensación de que todo lo que me han contado es verdad.
Hace apenas unos días recordaba a estas dos personas que tanto marcaron mi vida y las tuve en mi mente siempre conversando y riendo (algo común en ellas, tan amigas y tan incondicionales); no creo que haya alguien que maneje los hilos de este universo pero si creo que la energía que nos rodea tiene efectos sobre nosotros que a veces no logro entender, talvez sean las dos personas que mas energía positiva aportaban y que mas sonrisas arrancaban y es difícil de entender porque han desembocado sus vidas en este suceso, espero que todo esto tenga un buen fin y aunque una de estas personas ya no podrá estar mas en su forma física, siga aportando la energía positiva que siempre dio a este universo, sin embargo no puedo negar que la extrañare siempre porque aporto en mi vida muchas alegrías que nunca olvidare, gracias. En tanto a la otra persona, conocí muy de cerca su grandeza y fortaleza, se que se recuperara y afrontara esta nueva realidad con mucho aplomo, no he dejado de admirarla ni un solo día desde que deje de saber de ella, ella refleja fuerza, coraje, tenacidad e integridad; en resumen es una gran persona, no merece lo que le esta pasando y aun en nuestra distancia, yo seguiría dando mi vida por ella, es una amiga que guardo siempre en el corazón.
A ti amiga mía, solo puedo enviarte toda la fuerza que tengo desde aquí, prefiero no buscarte porque no creo que sea bueno en estos momentos, sabes que cuentas conmigo para lo que quieras, no puedo decirte que se lo que sientes o que pronto pasara, solo debo decirte que solo por el hecho de ser tu, se que lo harás bien (como cada cosa que haces) y saldrás adelante. Un abrazo a la distancia pero que espero sirva para reconfortarte en algo; por favor se fuerte.